Para todos aquellos que hacemos parte de la generación X, y posiblemente para algunos de los más veteranos de la Y, «Regreso al Futuro», la trilogía que lanzó al director Robert Zameckis a la fama mundial es uno de los iconos que marcaron nuestra juventud. Resultaría muy difícil encontrar a una persona nacida en esos años a quien las figuras de Michael J. Fox en el papel de Marty Mc Fly y Christopher Lloyd como el Doc Brown le resulten totalmente desconocidas. Todas las aventuras desarrolladas alrededor del martillado tema de los viajes en el tiempo fueron, no solo herramienta de diversión, sino que se convirtieron además en una potente plataforma en la que el marketing y la publicidad hicieron verdaderas maravillas. Vamos a ver algunas de ellas:
- Product placement. Imaginar escenas de la película sin que vengan a la mente los productos que en estas fueron empleados es un imposible. Todo en la película giraba en torno a las marcas y a cada instante el espectador estaba expuesto a una cascada de imágenes de tipo publicitario. Grandes marcas como Pepsi, Toyota, Texaco, Kellogg’s, entre muchas otras, fueron hábilmente ubicadas en momentos clave y sus resultados fueron increíblemente positivos.
- Lanzamiento de productos. Incluso haciendo una apuesta por la predicción, las marcas se atrevieron a participar con ideas novedosas de lo que serían sus productos en un futuro. Este recurso fue como anticipar lanzamientos de productos con décadas de antelación, algo nunca antes visto en el marketing y que en muchos casos, llegaron, si no a convertirse en realidad, si a parecerse mucho a lo que fueron estos productos cuando finalmente vieron la luz.
- Marketing político. Casi sin quererlo, la película también se convirtió en un presagio de lo que sería el escenario político de los años futuros allí representados; la incursión de personas de raza negra como figuras trascendentes en la vida política de los Estados Unidos, como el propio expresidente Barack Obama, son clara muestra de ello. Y es que la peli no se limitaba a la simple predicción, sino que se atrevía a plantear las estrategias que llevarían a estas personalidades a los niveles que alcanzaron, y seguramente no estemos lejos de la verdad si pensamos que quizá algunos de sus asesores encontraron en ella algo de inspiración.
- Wearables. Otra de las pseudo-predicciones que hace la película se basa en la presentación de prendas de vestir y accesorios que de alguna manera facilitan la vida de quienes las usan. Gafas de alta tecnología, chaquetas que hablan o relojes inteligentes. Los wearables no dejan de ser una representación de cómo el marketing recoge las necesidades de los consumidores y ayuda al desarrollo de innovaciones basadas en productos que hacen parte de la vida cotidiana
- Convivencia entre productos competidores. Este es uno de los aspectos más brillantes de la película en materia de marketing, el hacer convivir productos que son competencia directa sin que lleguen a canibalizarse. Es el caso de las cervezas Miller y Budweiser que aparecían repetidamente, incluso dentro de un mismo frigorífico, consiguiendo la misma notoriedad y posicionamiento en la mente del consumidor. Y no solo se queda ahí, sino que se llega al uso de productos sustitutos, como es el caso de una marca de vodka, que aparece en un momento, sin apenas afectar la imagen de las cervezas y de la suya propia.
Estas son solo unas de los múltiples recursos de marketing empleados en esta genial producción, aunque no hace falta extenderse mucho más para llegar a una importante conclusión que es que en marketing, las estrategias brillantes siempre vienen acompañadas de una alta dosis de creatividad y otra tanta de estrategia. Es preciso tener siempre presente que solo quien sabe para dónde va, elige el mejor camino.
Director de Análisis y Seguimiento