Lecciones de marketing: ¿Tenía que ser él?

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En la larga carrera de Bryan Cranston, el célebre actor que dio vida al inolvidable Walter White de la serie de televisión Breaking Bad, encontramos todo tipo de interpretaciones en diversos géneros tanto de la gran como de la pequeña pantalla. En uno de sus más recientes trabajos, por el que seguramente no engrosará su larga lista de premios, ejecuta junto a James Franco un episodio más del interminable repertorio de producciones en las que padre y novio se enfrentan por el amor de la adorable hija.

La película, rodada en Los Angeles y dirigida por el también productor y guionista John Hamburg, famoso por hilarantes producciones como Meet the parents (Los padres de ella), Meet the Fockers (Los padres de él) o Came along Polly (Y entonces llegó ella), narra las divertidas situaciones que se generan tras el viaje de la familia Fleming para visitar a su hija estudiante de universidad quien, al recibirlos, les comunica que lleva meses viviendo con su novio, un excéntrico joven que se ha hecho millonario gracias a su empresa de videojuegos. Todo lo que sucede a continuación no son más que graciosos momentos que te pueden hacer pasar un buen rato, sobretodo si estás aburrido y no tienes nada mejor que hacer. Como toda buena producción de Hollywood, no está exenta de emplear una cantidad de recursos de marketing que analizamos a continuación.

  1. Irreverencia. Uno de los aspectos más llamativos de la personalidad de Laird Mayhew, el novio millonario, es justamente esa incomprensible relación entre su enorme fortuna y su extravagancia. Resulta difícil de entender cómo dentro de un joven que parece no respetar ninguna regla puede vivir un genio de la informática que consiguió amasar millones a través de una empresa de tecnología. Tal vez ese carácter irreverente es el elemento de marketing más destacable de la película, ya que consigue posicionar al personaje como centro de atención sin necesidad de apelar a recursos como el físico, el buen gusto o las buenas maneras. Ir en contra de lo preestablecido puede ayudar a llamar la atención en casos muy concretos, en cualquier caso, se trata de un recurso arriesgado y que no siempre obtiene buenos resultados.
  2. Una sonrisa que vende. El éxito de Laird no depende de su dinero, ni de sus extraños hábitos de vida y forma de ejercitarse. Su éxito depende totalmente de su actitud, es un personaje con una sonrisa permanente y que siempre busca sacar la parte divertida de cualquier situación. Esta herramienta es muy útil y comúnmente empleada en el marketing, resaltar los atributos de un producto o servicio a través de modelos o prescriptores que demuestran una actitud positiva y una sonrisa permanente siempre obtiene resultados destacados.
  3. La start up exitosa. La empresa de Laird es uno de esos modelos de empresa que surgen a partir de ideas novedosas, que basan su producto en elementos puramente tecnológicos, que cuentan con un brillante empresario y que alcanzan el éxito de manera trepidante. Este tipo de empresas, conocidas como start ups, en la realidad deben una buena parte de su éxito al marketing ya que de no ser por una estrategia de comunicación y promoción adecuadamente implementada, es totalmente imposible que un negocio pueda crecer como espuma en tan poco tiempo. Bien es cierto que el producto innovador es el que consigue el milagro, pero si éste no es lanzado a su público objetivo a través de herramientas eficientes, podría llevarle años para conseguir resultados. Por esta razón, una lección de marketing tácita que deja la película es ésta, que no es posible el éxito en una start up sin el uso de una estrategia de marketing adecuada.
  4. El uso de un personaje conocido. Un elemento de la película, que para muchos puede llegar a pasar desapercibido, es el uso de la voz de Kaley Cuoco, la famosa actriz que interpreta a Penny en la serie de televisión The Big Bang Theory. Como una más de las excentricidades de Laird, utiliza a Cuoco para dar voz al ordenador centralizado que controla toda la vivienda. Como él mismo lo dice “es como Siri pero guay”. Este uso de personajes conocidos dentro de otras producciones es un elemento bastante popular en el cine americano y tiene un objetivo totalmente marketiniano. En realidad lo que se busca es atraer al espectador hacia el contenido de la película, y darle un argumento adicional para sentirse asombrado por la misma. Cualquiera podría haber dado la voz a este ordenador, pero la voz de Cuoco la hace especial, la hace única.
  5. El hogar del futuro. La casa de Laird no solo es un palacio, es también una fortaleza repleta de gadgets que facilitan la vida cotidiana, es una representación muy cercana a la realidad de lo que puede ser un hogar del futuro. El uso de películas para hacer lanzamientos de innovaciones o tecnologías es un recurso cada vez más utilizado y es una manera muy eficiente de introducir nuevos productos a los futuros usuarios sin tener que recurrir a los medios convencionales. Es una forma cercana de hacer marketing de una manera casi imperceptible pero que consigue el objetivo fundamental que es el de posicionar una idea en el espectador, quien, al ver el producto en el mercado, lo reconocerá de una manera inconsciente.

No se trata, ni mucho menos, de la mejor película del año. Sin embargo, sí que nos deja algunas reflexiones sobre originales formas en que los recursos de marketing son utilizados para alcanzar objetivos concretos. Los límites del marketing solo existen en la mente de quienes no consiguen comprender todo su potencial, no olvides que solo quien sabe a dónde va, elige el mejor camino.

Mario Gálvez
Director de Análisis y Seguimiento

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