¡Mira! Ahí hay lecciones de marketing: Las uvas de la ira

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Como expertos en marketing, publicidad y comunicación, y sobre todo por ser especialistas en esta última área, teníamos que dedicar un post a un libro como este, tan duro y con un trasfondo de denuncia a una situación dramática vivida en Estados Unidos tras la crisis económica del año 29.

La obra fue escrita por John Steinbeck en año 1939, y sólo un año más tarde, en 1940 se llevó el premio Pulitzer.
Si queréis disfrutar de un libro trasgresor (para su época), que contiene una gran denuncia social y con una altísima carga de los valores de justicia y dignidad humana, esta es vuestra novela.
Empecemos con las lecciones de marketing, publicidad y comunicación que recogemos en él.

  1. Periodismo como denuncia: esta lección exalta uno de los valores principales de la profesión. El periodismo nace para ser el altavoz denunciante de las injusticias, para dar a conocer las malas praxis, para poner en evidencia y hacer conscientes a todo el mundo de aquello que aconteció, los motivos de por qué así sucedió y las consecuencias. En este libro, Steinbeck relata, a través de artículos periodísticos escritos por él mismo, uno de los momentos más críticos sufridos por la sociedad americana, el posterior al crack del 29, donde las clases más bajas de América se quedaron sin trabajo, sin comida y sin dinero, y se vieron obligadas a viajar hacia al oeste del país, dejando atrás todo lo que tenían para adentrarse en un futuro hostil e incierto, siendo avocados en muchas ocasiones a una muerte segura para todos los miembros de la familia. En la novela se relata, recoge y se denuncia una etapa dolorosa de una forma explícita y muy visual. A día de hoy, los medios de comunicación, así como internet, sirven para denunciar actos deleznables que suceden en nuestra sociedad, pero también nos sirven para dar a conocer hitos relevantes de nuestras organizaciones, y podemos poner en valor aquello que hacen diferente a nuestros clientes o empresas. Hagamos partícipes a los medios de comunicación de nuestros hechos noticiables, mantengamos una relación fluida con ellos, pero no los molestemos de forma innecesaria, los medios pueden ser sin duda nuestros mejores aliados.
  2. La publicidad mueve masas: la familia Joad deja aquello que conocen y se dirigen a California, ¿por qué? Porque hay folletos por todas partes, con publicidad e información engañosa, en la que se informa de que “hay trabajo de sobra”, “hay comida de sobra”, hay abundancia y, esto, unido a un momento de desesperación tan grande, hacen que se pongan a cruzar el país, para al final llegar junto con millones de americanos más, a agravar la situación de una forma dramática. Estos acontecimientos sucedieron en un momento en el que la propia publicidad estaba surgiendo, hoy en día hay muchos organismos que regulan tanto la información que se dice como el qué se dice, para evitar engaños y sobre todo, para evitar que los receptores de esta información, máxime los más vulnerables, no sean engañados ni manipulados. La Ley de Publicidad y Autocontrol son los principales organismos que regulan nuestro sector, pero sin duda es una evidencia que la publicidad vende y mueve masas, por eso nos seguimos encontrando, más de 75 años más tarde de que Las uvas de la ira fuera publicado, papelitos con información y promoción en los cristales de nuestros coches o en nuestros buzones.
  3. La segmentación de los públicos: los caciques del momento sabían perfectamente donde comunicar y dónde repartir la información, para mover las masas a su propio interés, y hacer que de esta forma bajase el precio de mano de obra. Sabían por dónde se movían las personas más necesitadas y por tanto podían llegar a ellos de forma sencilla. Esta lección tiene una alta importancia, ya que muchas veces no nos planteamos dónde están nuestros clientes y hacemos comunicaciones de forma masiva, esto es un craso error que hace que desperdiciemos nuestros recursos, humanos y económicos, tenemos que hacer siempre un estudio y un análisis para descubrir con quien queremos contactar y, así, saber llegar a ellos.

Estas son sólo alguna de las lecciones que podemos sacar de esta novela más que recomendable, de todas formas, os invitamos a que la leáis, la disfrutéis y descanséis con ella en el fin de semana.

Recordad que sólo quien sabe a dónde va elige el mejor camino.

¡Feliz y marketiniano fin de semana!

María M. Tubío

Directora de Diseño e Implementación

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